EL MEDELLÍN QUE EXISTE Y NO CONOCÍAMOS
EL MEDELLÍN QUE EXISTE Y NO CONOCÍAMOS....
"El único verdadero viaje de descubrimiento, consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos" Marcel Proust.
A 45 minutos en Metro, desde la Estación Aguacatala hasta la Estación San Javier, con transferencia incluída en San Antonio, llegamos llenos de inquietud a realizar una de las experiencias turísticas más impactantes de la Ciudad y que trataré de describir en estas cortas líneas, buscando con ello la motivación a propios y extraños , para que conozcan esa Medellín pujante y transformadora, gracias a personas que han optado por construir y no por destruir.
Fuimos recibidos en la Estación San Javier (última de la Línea B del Metro) por Jorge Mario Alzate (El Mono), protagonista directo de la transformación de los barrios, quien en un corto trayecto hacía la zona de los graffitis, comenzó a relatarnos con RAP y buen verbo, el proceso mediante el cual cocrearon entre todos esta nueva alternativa turística para la Ciudad.
La siguiente, es más o menos la historia relatada por este joven de 26 años:
La Comuna 13, se encuentra ubicada en cercanías a un corredor natural, que une la carretera a Urabá con el occidente de Medellín, es por esta razón, por la cual, se empezó a poblar con personas que en su gran mayoría, eran desplazadas por la violencia reinante a principios de los 80 en dicha zona ; Este mismo corredor, era utilizado tanto por las guerrillas, como por los paramiltares y narcos para el movimiento de droga y armas desde y hacia el Atlántico.
La presencia de grupos violentos y la ausencia por parte del Estado, fueron caldo de cultivo para el desarrollo de una violencia sin precedentes, donde cada grupo quería ejercer el poder; fronteras invisibles generaban una división territorial que impedía a los habitantes de esta gran zona, moverse con tranquilidad. Después de cientos de muertos, sobre todos civiles, acusados de proteger a uno u otro bando, y de desplazamiento de los desplazados, el Estado entró a recuperar el territorio, con la denominada Operación Orión de triste recordación.
La comuna se saneó con un alto costo de vidas.
Un grupo de jóvenes, cansados de tanta muerte y con esperanza de Futuro, optaron por crear una gran revolución cultural, mediante la música y el arte. Paredes que antes fueron pantallas de amenazas a la población, carteleras de panfletos o paredones de muerte, se convirtieron en lienzos para plasmar una historia de Esperanza, recuerdo y reconocimiento de héroes y víctimas de un conflicto que no habían pedido, les tocó.
El Estado construyó lo que denominan "El Viaducto", que para quien no conoce, se imagina una megaobra civil, pero que en realidad no es más que una larga acera, que cosió los territorios, antes separados por las mentadas fronteras invisibles; y ese Viaducto fué conectado con la parte baja de la Comuna, mediante seis largos tramos de unas escaleras eléctricas relucientes , cuidadas y respetadas por sus habitantes. Es destacable que unas escaleras eléctricas se hayan convertido en un medio de transporte que brinda a las comunidades usuarias, una mejor Calidad de Vida.
En el Domingo de Resurrección, pudimos palpar con claridad, la Resurrección de una comunidad ; toda una población de diferentes orígenes, convive con cientos de turistas, en su mayoría extranjeros, que con toda tranquilidad se desplazan por su barrio, ayer estigmatizado y hoy admirado.
No son Grandes Inversiones, son JUSTAS y de bajo costo; genera un mayor impacto social, en cuanto al número de personas beneficiadas, el Viaducto de la Comuna 13, que el Mega Puente de la 4 sur. El fenómeno sociológico vivido allí, es digno de replicarse en cualquier parte del mundo; sus protagonistas existen, son seres de carne y hueso, jóvenes con sueños y esperanza , prestos a brindar su conocimiento y positiva experiencia.
Terminando este grato recorrido, regresamos al Metro con destino a otras de las obras que se deben conocer, El tranvía de Ayacucho y El cable de La Sierra...... Ese será otro relato.
Miremos nuestra Ciudad con otros ojos y descubriremos nuevas maneras de amarla.
"El único verdadero viaje de descubrimiento, consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos" Marcel Proust.
A 45 minutos en Metro, desde la Estación Aguacatala hasta la Estación San Javier, con transferencia incluída en San Antonio, llegamos llenos de inquietud a realizar una de las experiencias turísticas más impactantes de la Ciudad y que trataré de describir en estas cortas líneas, buscando con ello la motivación a propios y extraños , para que conozcan esa Medellín pujante y transformadora, gracias a personas que han optado por construir y no por destruir.
Fuimos recibidos en la Estación San Javier (última de la Línea B del Metro) por Jorge Mario Alzate (El Mono), protagonista directo de la transformación de los barrios, quien en un corto trayecto hacía la zona de los graffitis, comenzó a relatarnos con RAP y buen verbo, el proceso mediante el cual cocrearon entre todos esta nueva alternativa turística para la Ciudad.
La siguiente, es más o menos la historia relatada por este joven de 26 años:
La Comuna 13, se encuentra ubicada en cercanías a un corredor natural, que une la carretera a Urabá con el occidente de Medellín, es por esta razón, por la cual, se empezó a poblar con personas que en su gran mayoría, eran desplazadas por la violencia reinante a principios de los 80 en dicha zona ; Este mismo corredor, era utilizado tanto por las guerrillas, como por los paramiltares y narcos para el movimiento de droga y armas desde y hacia el Atlántico.
La presencia de grupos violentos y la ausencia por parte del Estado, fueron caldo de cultivo para el desarrollo de una violencia sin precedentes, donde cada grupo quería ejercer el poder; fronteras invisibles generaban una división territorial que impedía a los habitantes de esta gran zona, moverse con tranquilidad. Después de cientos de muertos, sobre todos civiles, acusados de proteger a uno u otro bando, y de desplazamiento de los desplazados, el Estado entró a recuperar el territorio, con la denominada Operación Orión de triste recordación.
La comuna se saneó con un alto costo de vidas.
Un grupo de jóvenes, cansados de tanta muerte y con esperanza de Futuro, optaron por crear una gran revolución cultural, mediante la música y el arte. Paredes que antes fueron pantallas de amenazas a la población, carteleras de panfletos o paredones de muerte, se convirtieron en lienzos para plasmar una historia de Esperanza, recuerdo y reconocimiento de héroes y víctimas de un conflicto que no habían pedido, les tocó.
El Estado construyó lo que denominan "El Viaducto", que para quien no conoce, se imagina una megaobra civil, pero que en realidad no es más que una larga acera, que cosió los territorios, antes separados por las mentadas fronteras invisibles; y ese Viaducto fué conectado con la parte baja de la Comuna, mediante seis largos tramos de unas escaleras eléctricas relucientes , cuidadas y respetadas por sus habitantes. Es destacable que unas escaleras eléctricas se hayan convertido en un medio de transporte que brinda a las comunidades usuarias, una mejor Calidad de Vida.
En el Domingo de Resurrección, pudimos palpar con claridad, la Resurrección de una comunidad ; toda una población de diferentes orígenes, convive con cientos de turistas, en su mayoría extranjeros, que con toda tranquilidad se desplazan por su barrio, ayer estigmatizado y hoy admirado.
No son Grandes Inversiones, son JUSTAS y de bajo costo; genera un mayor impacto social, en cuanto al número de personas beneficiadas, el Viaducto de la Comuna 13, que el Mega Puente de la 4 sur. El fenómeno sociológico vivido allí, es digno de replicarse en cualquier parte del mundo; sus protagonistas existen, son seres de carne y hueso, jóvenes con sueños y esperanza , prestos a brindar su conocimiento y positiva experiencia.
Terminando este grato recorrido, regresamos al Metro con destino a otras de las obras que se deben conocer, El tranvía de Ayacucho y El cable de La Sierra...... Ese será otro relato.
Miremos nuestra Ciudad con otros ojos y descubriremos nuevas maneras de amarla.
Carlos que relatos tan espectaculares, provoca imitarlos, o unirse a esos paseos tan buenos.
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